Como ustedes saben, me gusta mucho leer libros que me nutran financieramente y en negocios. Cada tanto les dejo algunas partes de libros que leo que considero importantes y hoy estoy leyendo un libro FENOMENAL de Robert Kiyosaki, llamado “La Ventaja del Ganador”. Hoy me tocó leer una parte del libro que quiero compartir con ustedes porque considero fundamental para hacer negocios. Creanme que SIEMPRE creí que esto es así y todo lo que he conseguido fue teniendo presente éstas leyes.
Robert Kiyosaki habla en su libro “La Ventaja del Ganador” de las leyes de compensación, de la siguiente manera:
Ley de Compensación N° 1: Reciprocidad: Da y recibirás
Esta ley la aprendí hace muchos años en la escuela dominical. A pesar de lo obvia que parece, cuando se trata de dinero mucha gente parece olvidarla. Todo el mundo quiere recibir, mas no dar. O en todo caso, la gente da, pero sólo cuando ya ha recibido.
Muchos dicen que quieren recibir más y trabajar menos. Mi padre pobre pertenecía a ese grupo de gente. Cuando era jefe del sindicato de maestros de Hawai, se esforzó mucho para asegurarse de que los maestros recibieran mejores salarios a cambio de menos trabajo. Recuerdo que en una ocasión se echó encima el gran problema de exigir que los maestros tuvieran menos alumnos, mejor salario, más días libres y más prestaciones; a mi padre pobre, todo lo anterior le parecía lógico.
Pero desde la perspectiva de mi padre rico, la filosofía de mi padre pobre violaba una de las leyes de compensación. Padre rico creía que si quieres recibir más, tienes que dar más.
A mi siempre me pareció extraño que la gente creyera que mi padre rico era codicioso y mi padre pobre tenia razón en pelear por salarios más altos y menos trabajos para sus maestros.
Cuando me gradué de la academia de la marina mercante en Kings Point, Nueva York, comencé a trabajar para una compañía que no tenía sindicato, la Standard Oil. Lo hice porque no quería ser parte del sindicato de Maestres, Oficiales de la Cubierta y Pilotos. Se que habría ganado más dinero si me hubiera unido al sindicato, pero había pasado mucho tiempo con mi padre pobre y sus amigos, los maestros del sindicato, y sabía que sencillamente no podía adoptar una filosofía de ese tipo. En mi opinión, el concepto de trabajar menos y ganar más, termina haciendo que todo el mundo sea más pobre, independientemente de la cantidad de dinero que se gane.
Una de las razones por las que en la actualidad hay menos barcos cargueros en Estados Unidos, es que los salarios sindicalizados obligaron a las compañías marítimas a mudar sus centros de operaciones a países con salarios más bajos. General Motors está en problemas porque los líderes sindicales llegaron a ser más fuertes que los de la compañía. Hoy estamos sufriendo las consecuencias del trabajo sindicalizado de las compañías automotrices de nuestro país: millones de empleos perdidos, fábricas que se van a otros países y una economía más débil.
Pero cuidado, lo anterior no quiere decir que yo esté en contra de los sindicatos. Los sindicatos han hecho mucho en beneficio de los trabajadores, porque los protegen de propietarios de negocios crueles y codiciosos. Los sindicatos lograron el fin de semana de dos días. Yo respecto el derecho de las personas de afiliarse a un sindicato y practicar una filosofía laboral específica, pero cuando me gradué de la academia decidí no pertenecer a ninguno. Lo hice porque no quería enfocarme en recibir, trabajar menor y ganar un mejor salario. Quería enfocarme en dar más.
Kim es más rica año con año porque produce más anualmente. Comenzó en 1989 con una casa para rentar. Hoy tiene más de 3.000 departamentos y gana más porque le ofrece una vivienda a más gente. En diez años podría tener 20.000 departamentos y debería ganar más porque obedece la ley de compensación. Sé que algunas personas creen que Kim es codiciosa, y lo sé porque mi padre pobre sería una de ellas.
Desde el punto de vista de mi padre rico, Kim es una mujer generosa porque obedece la primera ley de la compensación: Da y recibirás.
La ley de la reciprocidad también funciona en sentido inverso. Si fastidias a la gente, ésta se pondrá en tu contra y te devolverá lo que le diste. Eso fue lo que le sucedió a Bernie Madoff. Robó dinero y terminó en la cárcel; es decir, recibió su merecido.
Por desgracia, a muchos pillos más terribles nunca los agarran. Algunos, de hecho, siguen controlando la economía.
Ley de compensación N° 2: Aprende a dar más
La mayoría de la gente va a la escuela para aprender a ganar dinero, pero solo para ella y su familia. Muy pocos aprenden a producir más y más, para más gente.
Casi todo el mundo va a la escuela para llegar a formar parte de los cuadrantes E y A, pero el problema con el lado izquierdo del cuadrante es que el número de personas a las que se puede servir es muy limitado. Por ejemplo, cuando me gradué de kings Point solo podía trabajar como empleado para una compañía, la Standard Oil. Los profesionales del cuadrante A, como los médicos, por ejemplo, solo pueden atender a un cliente a la vez.
Yo elegí seguir a mi padre rico a los cuadrantes D e I porque sabía que mi éxito beneficiaría a más gente, y entre más gente beneficiara, más ganaría.
Cuando una persona tiene éxito al servir a más gente, entonces los impuestos y la deuda se inclinan a su favor. De esa manera, estos beneficios hacen que quienes operan en los cuadrantes D e I se vuelvan ricos.
Si te enfocas en hacer dinero sólo para ti mismo o en mejorar tu vida y la de tu familia, entonces los impuestos y la deuda comenzarán a afectarte.
Una de las razones por las que muchas personas son limitadas en el aspecto financiero, es porque asistieron a la escuela y aprendieron a trabajar por dinero en los cuadrantes E y A, en lugar de aprender a servir a más personas en los cuadrantes D e I.
Ley de compensación N°3: Apalanca el poder de una educación financiera de superposición en varios niveles.
Entre más aprendas en los cuadrantes D e I, más dinero ganarás. Con el tiempo, a medida que tu educación financiera tenga más niveles o estratos, sucederá lo mismo con tus rembolsos o retornos. En otras palabras, ganarás más y más con menos y menos esfuerzo.
Es el verdadero poder de la Ley de la Compensación N° 3. Las personas necesitan entender que el valor de la educación no está en un salón de clases, en seminarios, libros, libretas de calificaciones o diplomas.
Dicho llanamente: “Tú puedes enseñarle a una persona a pescar, pero no puedes forzar a esa persona a que aprenda a hacerlo”. La afirmación anterior tiene dos aspectos de gran relevancia:
1) El poder de la educación se desencadena en cuanto sales de la escuela y tomas una clase o un seminario, lees un libro y comienzas a aplicar lo que aprendiste.
Por eso los médicos pasan cuatro años en la universidad, cuatro años en su especialidad médica y luego entre cuatro y ocho años más como internos o residentes. En este largo proceso adquieren la experiencia en la vida real que les permite llegar a ser médicos de verdad.
2) El aprendizaje también suma niveles. La verdadera abundancia económica proviene de la acumulación de estratos en la educación financiera.
En otras palabras, entre más aprendas acerca del dinero en los cuadrantes D e I, más riqueza ganarás.
Espero que hayas disfrutado de éste texto. Leelo tantas veces como sean necesarias hasta aprenderlo!
Te deseo éxitos
Sebastián Gómez
Consultor de Negocios Online
Interesante gracias
Muy interesante artículo Sebastian. Fijate que esta «Ley de la Compensación» es un principio biblico que lo enseñó Jesus (Lucas 6:38). Kiyosaki y muchas personas entendieron y han demostrado que esta ley funciona, por eso hoy son exitosos financieramente.
Un abrazo.
Estas leyes, de cierta manera, ya las había explicado kiyosaki en otros de sus libros, en donde decía: » que entre mas gente sirvas, con tu producto, servicio o negocio, más rico serás» totalmente cierto! gracias por compartir esta fraccion del libro, ansío encontrarlo para comprarlo saludos